Episodio 5º – El alumbrado eléctrico de Alpera
El seis de abril de 1902, en sesión extraordinaria de nuestro Ayuntamiento, se acordó la necesidad de establecer el alumbrado público a base de electricidad, ya que tal como se argumentaba en el acta de dicha sesión “ teniendo en cuenta que aún a pesar del gasto de combustible y reparaciones, siempre el servicio es incompleto y defectuoso y se carece de luz en las noches de más precisión, como son las de lluvias, nieves y vientos huracanados”
Así pues, el 21 de abril del mismo año la Junta Municipal acuerda que se sustituya el alumbrado público a base de petróleo por el de “fluído eléctrico en el plazo más breve posible”, pues aunque el eléctrico “ resulte algo más costoso para los fondos municipales, se obtendría en cambio la ventaja de lucir aún en las noches de grandes vientos, lluvias y nieves, lo cual hoy no se consigue”
En esta misma sesión se acordó formar una comisión para hacer el pliego de condiciones previas, entre las que se contemplaban “ que la exclusiva del servicio no se otorgue por un plazo superior a treinta años; que el coste del alumbrado no exceda de 1.700 pesetas anuales; que el gasto de las derivaciones, instalaciones y demás materiales se sufrague por el Municipio; que se establezcan además de las clausulas generales del pliego, una cuando más que consienta al Ayuntamiento aumentar el número de lámparas y el de bugías…”
El 28 de abril de 1902, ya estaba dispuesto el Pliego de Condiciones entre las entresacamos las siguientes: “el plazo del arriendo será de 25 años; se concede autorización al arrendatario a colocar los postes, palomillas, soportes, transformadores, aisladores y demás aparatos convenientes para suministrar la luz al público y particulares que lo demanden…” donde se crea conveniente; la iluminación se hacía constar que tenía que ser por el “ sistema Edison de incandescencia con todas las medidas de seguridad, tanto para personas como para animales y propiedades, siendo de cuenta del arrendatario, siendo de cuenta del arrendatario el coste de los útiles, artefactos y maquinaria para producir el fluído, el tendido y sostén de los cables y que constituirán la red general desde la estación generatriz”. El Ayuntamiento correría con los gastos de las derivaciones para cada lámpara. El cuidado, mantenimiento y manipulación de los aparatos correrán a cargo del arrendatario y la limpieza de bombas, farolas, y pantallas por parte del Ayuntamiento.
Asimismo se contemplan en las condiciones el horario de encendido que será “ desde media hora después de ponerse el sol hasta media hora antes de su salida”. El número de puntos de luz sería no superior a 390 ni inferior a 300. El precio se establece en “ 2 pesetas mensuales por cada luz de 5 bugías, y 3 pestas mensuales por las de 10 bugías”
También contempla el Pliego de Condiciones el plazo de la instalación definitiva del alumbrado que tenía que ser antes del 1 de Septiembre de 1902.
El 24 de julio se celebra la subasta para el arrendamiento del servicio de alumbrado público por medio de electricidad, compareciendo un sólo licitador, Don Atanasio Gil Tortosa, de Albacete, al cuál se le arrendó el servicio por tiempo de 25 años.
Una semana después, el 31 de julio, el arrendatario del servicio se presentó en el Ayuntamiento para comunicar la finalización de la instalación y que desde ese mismo momento el pueblo podría disponer de alumbrado público por “fluído eléctrico”.
Así el 1 de agosto de 1902 fue inaugurado el servicio de alumbrado público por electricidad, quedando reflejado dicho momento en el acta que a continuación transcribo.
“En la villa de Alpera, a primero de Agosto de mil nueve cientos dos; a las veinte horas próximamente del expresado día, el señor Alcaldo Don Tomás Megías Tornero, asociado o con la asistencia de la mayoría de los concejales que constituyen el Ayuntamiento de la misma, los empleados y dependientes de la Corporación, las autoridades del orden judicial, eclesiástico y militar de la población, los Profesores de primera enseñanza, Médicos y cuantas personas lo creyeron conveniente y en unión del rematante Don Atanasio Gil y Tortosa y Director de las instalaciones Don Francisco Peichato, se constituyó en la parte posterior de la calle de San Roque de este poblado, junto al paseo público y frente a la bodega llamada del Vizconde, donde se halla emplazada la fábrica o central de fluído eléctrico y donde tiene lugar la transformación del mismo y llegada la hora previamente convenida, mediante el auxilio de un teléfono existente en punto muy próximo al local destinado a central, el expresado Director, se puso en comunicación con la persona o personas que se hallaban al frente de la fábrica o máquina productora de la energía eléctrica y acto seguido pudieron los circunstantes apercibirse de que en los cables que sirven de comunicación o enlace a la fábrica o central, se producía una especie de vibración profunda y que en las lámparas colocadas en el local aparecía una luz diáfana y transparente que motivó una explosión de júbilo y un aplauso general por el buen resultado de la empresa”
Y sigue el Acta:
“Inmediatamente la comitiva después de cumplimentar al Director, auxiliares y rematante del servicio se dirigió a recorrer en todas direcciones la población, apreciando que todas las lámparas lucían con la intensidad propia y tal vez superior al número de bujías de cada uno consta”
Y finaliza:
“Pasado el entusiasmo propio y natural de los primeros , momentos y que fue amenizado con los acorde de la banda de música de la población, para cumplir lo estatuido en la clausula oncena del pliego, se procedió a reconocer y contar el número y clase de las lámparas instaladas para el alumbrado público y dependencias municipales y de todo ello resultó : Que existen cuarenta de cinco bugías y quince de diez de las cuales se hallan instaladas tres de diez bugías en la casa Ayuntamiento”
El uno de Agosto de 2012 se cumplirán 110 años de la llegada de la electricidad a nuestro pueblo.
Rafael Jara Pozuelo