En anteriores episodios nos hemos dado un paseo por los primeros sesenta años del siglo XIX, en este comenzamos el recorrido en 1861 con dos noticias que tiene la una relación la otra pes las dos tratan del agua.

La primera de ellas se publicaba en “La Época” de 14 de septiembre y daba cuenta de las investigaciones que llevó a cabo un ingeniero francés en las provincias de Alicante y Albacete. Refiriéndose a Alpera nos comenta que “si se toman las aguas en las partes superiores, son puede decirse, buenas, pero si se penetra a mayor profundidad en el suelo se cargan de sales al paso que van haciéndose más abundantes. Y continúa, las infiltraciones de las aguas que han corrido por los terrenos salíferos que aparecen en Alpera, son una causa más probable y grave”.

En noviembre es el periódico “La Discusión” el que se refiere a nuestro pueblo como consecuencia del proyecto de canalización de agua en la provincia de Alicante, proyecto que estaba en estudio desde 1841 y hablando de la posible canalización de agua para suministrar agua a los campos alicantinos nos dice:”Por Alpera hacia la venta de la Encina y la del Gitano, con poquísimo coste a Villena”

En enero de 1862 la noticia sobre Alpera es sobre un accidente ferroviario ocurrido el 28 de diciembre anterior “a consecuencia de la rotura de enganches, diez vagones de la cola del tren se escaparon desde el kilómetro 336, y pasando a toda velocidad por la estación de Alpera fueron detenidos en la de Almansa, gracias las buenas disposiciones tomadas por el subjefe de la estación de Almansa, avisado oportunamente por el telegrafista de aquella (Alpera)” Por lo que nos sigue contando el periodista el conductor del tren iba en el furgón de cola durmiendo y no se enteró de la avería. En Almansa colocaron “grandes montones de tierra para contrarrestar la velocidad que traían los vagones y hacerles descarrilar, lo que consiguió sin avería alguna” .La noticia termina diciendo que el conductor del tren ha sido apartado del servicio y que al subjefe de Almansa y al telegrafista de Alpera les ha concedido “la compañía una gratificación equivalente a un mes de sueldo”

En 1863 es también el mes de enero cuando Alpera sale en la prensa madrileña y el tema vuelve a ser un accidente ferroviario. En esta ocasión es el periódico La Época el que nos cuenta que “en un ligero choque que tuvo el tren correo del la línea del Mediterráneo”…“fuera de agujas entre Villar y Alpera el tren ascendente parece que resultaron dos heridos levemente”

Dos días después amplia la noticia de la siguiente manera “aquel suceso no tuvo la importancia que ha querido dársele, pues de él solamente resultaron dos viajeros, no heridos, sino levemente contusos que continuaron su viaje sin inconveniente alguno”

El 15 de enero “La Correspondencia de España” aporta más datos sobre el suceso comentando que el accidente se debió “ a una equivocación de un telegrafista de Alpera” Por lo que cuenta esta noticia el resultado fue “las maquinas de los trenes, dos coches de primera, el furgón de cabeza del correo, el freno de cabeza del correo, algunos otros wagones quedaron hechos pedazos” También nos dan el parte de accidentados que fue “ un oficial de la bahía de Valencia recibió un golpe en el pecho, Un caballero, ya de bastante edad, un rasguño en la pierna. Resultaron heridos además; el conductor del tren correo con las piernas un poco golpeadas y el guarda freno de la cabeza de mercancías con un golpe en una ceja”

El año 1864 es parco en noticias sobre Alpera, una pequeña referencia al paso del tren real en el que viajaba S. Majestad la Reina; una diatriba política entre dos vecinos del pueblo y otro tema sobre testamentaria.

Pasamos directamente a 1866 en ese año “La Época” nos dice que “ha sido destituido el Ayuntamiento de Alpera…”

Pero otra noticia que hace referencia a Alpera es “El Señor Navarro y Guerra, de Alpera, ha inventado un nuevo y curioso sistema de ruedas que llevan consigo los rails(raíles)” La explicación es la siguiente: ”hacer marchar las ruedas sobre rails que lleva la rueda misma y que se desarrollan formando vía a medida que esta va girando. Al efecto cada uno de los seis rádios de la rueda lleva articulado un trozo de rail, teniendo practicada cada uno de aquellos una ranura en los tercios de su longitud a cuyo largo corre la articulación que lleva el trozo de rail correspondiente” La idea parece ser que era para poder circular por la vía férrea con carros tirados por caballerías además de poder circular por los caminos tradicionales.

El año 1867 es todavía más pobre en noticias, sólo tenemos una del 11 de marzo publicada por “La Época” dice así: “Los viajeros que llegaron hace tres días a Valencia en el tren de Madrid, detenido por las nieves, tuvieron que sufrir bastante. Después de una frigidísima noche de continuo nevar, se encontraron atascados entre Alpera y Almansa, en donde el tren no pudo pasar, pues estaba casi sumergido en medio de un mar de nieve. Allí pasaron los pobres viajeros treinta y seis horas mortales, sin poder salir de los coches y con la corta ración que suministraron las pequeñas provisiones de viaje que algunos previsores llevaban. Al cabo de aquel tiempo, se les llevaron de la estación de Alpera algunos comestibles, y pudieron continuar su viaje, que aún sufrió otros contratiempos”

 

Rafael Jara Pozuelo